Cáncer benigno de esófago
Los tumores benignos de esófago pueden originarse de todos los componentes celulares del intestino. Estas lesiones son muy poco comunes. Las patologías más comunes son leiomiomas, es decir, las neoplasias que se originan en las células musculares. Las menos comunes se forman en el tejido adiposo esofágico, es decir, lipomas. Otras enfermedades neoplásicas son incluso menos comunes. Los síntomas de obstrucción del tránsito alimenticio (disfagia) pueden ser un indicio de estos neoplasmas. Se puede adoptar un enfoque quirúrgico para las enfermedades sintomáticas o en fase de crecimiento o en caso de duda diagnóstica. El enfoque quirúrgico a menudo implica el uso de procedimientos mínimamente invasivos, toracoscópicos, laparoscópicos o endoscópicos.
Cáncer maligno del esófago
Los tumores malignos de esófago pueden originarse a partir de todos los componentes celulares del intestino. Las formas más comunes son el carcinoma escamocelular, el cual se origina en el revestimiento mucoso esofágico, y el adenocarcinoma, que surge de la transformación del revestimiento interior de estratificado a cilíndrico (esófago de Barret). Las formas más poco frecuentes surgen de otros tipos de células: leiomiosarcoma (del tejido muscular), melanoma, linfoma y otras formas menos comunes.
El cáncer maligno de esófago afecta principalmente al sexo masculino, con una incidencia creciente a partir de 50 años. Ha habido un incremento significativo en la incidencia de adenocarcinoma en las últimas décadas, especialmente en el mundo occidental, mientras que se ha registrado una disminución de incidencia de células escamosas. Ambas enfermedades neoplásicas están asociadas con el consumo de tabaco y alcohol. El adenocarcinoma es más común en pacientes con un alto índice de masa corporal, mientras que el cáncer escamoso está más asociado con la desnutrición.
No hay programas de detección disponibles de cáncer de esófago para la población general del mundo occidental ya que la baja incidencia de neoplasia no sugiere que exista una necesidad. Sin embargo, cabe señalar que los pacientes diagnosticados con esófago de Barret o aquellos diagnosticados con acalasia están incluidos en los programas de detección debido a la alta incidencia de neoplasia en pacientes con estas patologías. Otras condiciones que predisponen a los pacientes a la aparición de cáncer de esófago, incluyéndolos en los programas de detección, son la ingestión previa de sustancias cáusticas y algunas formas raras de predisposición genética.
Síntomas, diagnóstico y clasificación
El crecimiento de tumores malignos en el esófago puede ser el responsable de la aparición de síntomas obstructivos con disfagia (dificultades en el paso del bolo alimenticio), odinofagia (dolor al tragar), pérdida de peso (tanto por el tumor como por las dificultades para comer), sialorrea (regurgitación salival). Los síntomas más complejos pueden ser causados por la aparición de complicaciones como fístula traqueal del esófago que afecta a la inhalación en las vías respiratorias (tos, neumonía), o la evolución local de la enfermedad o metástasis en los ganglios linfáticos, los cuales son responsables de la parálisis recurrente y, por lo tanto, de la disfonía (modificación del timbre vocal).
Tomografía
El diagnóstico se basa esencialmente en la endoscopia con examen histológico de la muestra de biopsia. Es extremadamente importante que se realice una descripción exacta del sitio de la neoplasia en relación con los puntos de referencia anatómicos (esencialmente los esfínteres esófagicos) para el enfoque del tratamiento y la posible elección del enfoque quirúrgico.
La clasificación se basa mayormente en una tomografía computarizada del cuello, tórax y abdomen, utilizando un medio de contraste intravenoso. También nos amparamos en otras investigaciones, como la ecografía endoscópica, la broncoscopia o el escáner FDG-TEP; la laparoscopia también se utiliza en casos menos comunes. Es importante, por lo tanto, evaluar la condición general del paciente por medio de investigaciones clínicas e instrumentales. Estos tienen por objetivo comprobar el sistema cardiovascular, respiratorio y las funciones renales y hepáticas. Es importante, por lo tanto, es importante realizar una evaluación exhaustiva del estado nutricional del paciente e implementar cualquier medida correctiva en el caso de desnutrición severa.