Clasificación de los cánceres de ovario
Los cánceres de ovario se puede clasificar en las categorías siguientes, según las células de las que se derivan.
Cánceres epiteliales
Los cánceres epiteliales se derivan de las células epiteliales que reviste el ovario. Representan cerca del 90% de los cánceres de ovario malignos. Se pueden clasificar en dos tipos: los tipo 1, es decir, los cánceres serosos de bajo grado, mucinosos, cánceres de endometrio y cánceres de células claras y los tipo 2, a saber, los cánceres serosos de alto grado que representan el cáncer de ovario más frecuente, a menudo diagnosticados en un estadio avanzado.
Cáncer de células germinales
Representan cerca del 5% de los cánceres de ovario y surgen de las células de las que derivan los óvulos. El ochenta por ciento de estos casos se presenta antes de los 30 años. Incluyen teratomas, disgerminomas, tumores del seno endodérmico y coriocarcinomas.
Tumores estromales o del cordón sexual
Son enfermedades raras; se originan en las estructuras conectivas y producen estrógeno y progesterona. En promedio, ocurren durante la sexta década de la vida y hacen metástasis en los estadios más avanzados. Los más importantes son los tumores de células de la granulosa (teca y los tumores de células de Sertoli-Leydig).
Cánceres "límite"
Estos cánceres de ovario presentan un bajo grado de malignidad, con una tendencia leve a la metástasis y en la mayoría de los casos, se puede extirpar totalmente la lesión y conservar una gran cantidad de tejido ovárico. Suelen diagnosticarse a una edad temprana y en general, tienen un buen pronóstico, pero pueden dar lugar a cánceres epiteliales de tipo 1. Este tipo de cáncer de ovario tiende a ser recurrente, pero aún así, en las pacientes jóvenes se puede administrar un tratamiento conservador. Según un estudio realizado en nuestra institución, las recaídas crecen un promedio de 1 mm por mes, de modo que se puede realizar un seguimiento de las pacientes durante períodos prolongados sin necesidad de una intervención quirúrgica oportuna.
Carcinoma peritoneal primario
Estos tipos de cáncer de ovario son raros; surgen de las células serosas que revisten la pelvis y el abdomen y pueden ocurrir incluso en mujeres que se hayan sometido a una anexectomía.
Síntomas del cáncer de ovario
La gran mayoría de las mujeres tienen síntomas inespecíficos, y hay grandes variaciones entre cada individuo. Los signos más comunes del cáncer de ovario son: malestar o dolor abdominal, distensión abdominal, indigestión, sensación de presión, calambres, dificultad para comer o sensación de saciedad rápida incluso después de una comida liviana. Otros signos del cáncer de ovario son: náuseas, diarrea, estreñimiento, aumento de la frecuencia y/o urgencia urinaria, pérdida o ganancia de peso inexplicable, pérdida de apetito y sangrado vaginal anormal. Estos síntomas no indican la presencia de un cáncer de ovario, pero se recomienda hacer estudios exhaustivos, en particular, si los síntomas del cáncer de ovario de aparición reciente (menos de seis meses) duran más de tres meses y se manifiestan más de 12 veces por mes. Se recomienda hacer una evaluación ginecológica mediante ecografía transvaginal y un análisis CA125, si se presentan al menos dos signos de cáncer de ovario con las características descritas anteriormente. Partir de estos síntomas del cáncer de ovario para detectar la enfermedad no es sensible ni específico, en particular para identificar la enfermedad en estadios precoces.
Es importante saber que...
Uno de cada diez cánceres se relaciona con los antecedentes familiares y puede prevenirse. La píldora anticonceptiva puede prevenir hasta el 60% de los tumores de ovario. El examen ginecológico anual no es útil para hacer un diagnóstico precoz de los tumores ováricos, mientras que la ecografía transvaginal, a pesar de ser la mejor herramienta de diagnóstico para los cánceres de ovario, no puede reducir la mortalidad .El cáncer de ovario es una enfermedad silenciosa, pero incluso los síntomas más leves pueden aumentar la sospecha y acelerar el diagnóstico. La calidad de la primera cirugía tiene una repercusión directa en la supervivencia del cáncer de ovario.
Signos del cáncer de ovario en pacientes sintomáticos y asintomáticos.
Las células que causan metástasis tempranas en otros órganos se desprenden del tumor ovárico maligno. La superficie del ovario está en contacto cercano con las estructuras abdominales, de modo que las células del tumor ovárico se diseminan hacia la cavidad abdominal y originan implantes metastásicos cuando el cáncer de ovario todavía es muy reducido. A su vez, estos sistemas son tan pequeños que no causan síntomas de cáncer de ovario. Cuando aparecen los síntomas del cáncer de ovario, la enfermedad ya se encuentra en un estadio avanzado. Por esta razón, no hay ninguna posibilidad de realizar análisis preventivos en pacientes asintomáticos para realizar un diagnóstico precoz en el caso del cáncer de ovario, que en consecuencia, registra tasas elevadas de mortalidad.
El diagnóstico del cáncer de ovario se logra en la mayoría de los casos con una ecografía transvaginal (ETV). La ETV es un estudio mínimamente invasivo, muy eficaz para evaluar la morfología ovárica y mucho más preciso que el análisis clínico. La ETV se indica cuando hay síntomas de cáncer de ovario. Sin embargo, no se puede usar como análisis de detección en mujeres asintomáticas porque el cáncer de ovario se origina como metástasis y por lo tanto, el diagnóstico por ecografía nunca podría servir para fundar un diagnóstico temprano. Además, un estudio con resultados negativos no excluye la posibilidad de que aparezca un cáncer de ovario ya avanzado tras unos pocos meses. Dado que es un examen que depende del operador, la calidad de la ejecución es un factor muy relevante. A pesar de todas sus limitaciones, la ETV es la primera prueba de diagnóstico en mujeres con sospecha de cáncer de ovario y en pacientes de riesgo elevado.
Otros estudios comprenden la medición de los marcadores Ca125 y HE4 (1), cuando el análisis clínico o la ecografía dieran como resultado una sospecha de cáncer de ovario, combinado con un análisis exhaustivo de la pelvis, con palpación abdominal y exploración vaginal. También suele ser necesario realizar un análisis rectovaginal para evaluar la pelvis con más detalle. (2).
Nota
1) El antígeno del cáncer CA 125 (Cancer Antigen 125) es una glicoproteína producida por varios órganos, entre ellos, el útero, el cuello uterino, las trompas de Falopio y las células que revisten los órganos del tracto respiratorio y el abdomen. Cuando alguno de estos tejidos está dañado o inflamado, pueden aparecer pequeñas cantidades de CA125 en la sangre. En las mujeres más jóvenes, es menos probable que un aumento de este marcador se relacione con un diagnóstico de cáncer de ovario, dado que el marcador puede aumentar en caso de embarazo, menstruación, fibromatosis uterina, adenomiosis, endometriosis, enfermedad inflamatoria pélvica o enfermedad hepática. Menos de la mitad de los cánceres de ovario en un estadio precoz inducen un aumento de los niveles plasmáticos de CA125.
Recientemente, se descubrió otro marcador llamado HE4 (Proteína 4 del epidídimo humano). Es más específico y más sensible que el CA125 para diagnosticar el cáncer de ovario. En comparación con el CA125, el HE4 permite identificar 7 casos más de cáncer cada 1000 pacientes investigados. La combinación de CA125 y HE4 es menos sensible, pero más específica, dado que elimina los aumentos de los niveles de CA125 debido a ciertas enfermedades que no son ováricas.
2) Si bien la evaluación clínica tiene una sensibilidad baja y con un análisis clínico no se puede detectar más del 45% de las masas tubo ováricas, la evaluación del abdomen, la exploración vaginal y la palpación de los ganglios linfáticos agrandados (linfadenopatía) son fundamentales para apreciar la movilidad y la tendencia eventual a determinar el dolor de las estructuras pélvicas, así como la presencia de masas pélvicas y líquido abdominal (ascitis).